domingo, 16 de diciembre de 2012

Los funcionarios no cenan en Navidad

Ya son varios los periódicos, desde hace semanas, que se hacen eco de la queja de los hosteleros por el descenso de clientes y negocio. Y ahora, que llegan fechas de tradicional consumismo, se reiteran, como se puede leer hoy en La Voz, en este caso aludiendo, directamente, a la ausencia de cenas de funcionarios.

Cuando leo estas noticias no puede dejar de pensar en que, cuado se anunció la bajada de sueldo de los funcionarios, algún camarero amigo -y escribo amigo sin segundas-, hacía comentarios irónicos, de burla, mientras algún hostelero decía, con sinceridad, que se alegraba, pues consideraba a los funcionarios unos privilegiados que no trabajan, y desgranaba toda la retahila de tópicos habituales en estos casos.

Y yo respondía que, a la postre, ellos se verían perjudicados, pues bajaría el consumo y, por tanto, sus ganancias. A los hechos me remito. Ahora esos mismos hosteleros echan de menos a los funcionarios. No me alegro, antes al contrario, como ya dije, esta va a ser una triste Navidad.     

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si va a ser una triste Navidad entonces será como todas, porque en todas ha habido mucha gente que por una razón u otra no las ha vivido con la obligada alegría que dictan los anuncios y algunos listos comerciantes. Para triste, esa ignorancia que crece y crece, que es lo que muestra lo que cuenta usted del camarero y el hostelero.

ARS dijo...

Toda la razón, anónimo.
Confieso que a mi siempre me han parecido unas fiestas tristes, pero también es cierto que tiene momentos divertidos con amigos y familiares, que este año se van a reducir o suprimir.

Jesús dijo...

De todas formas, creo que siendo un sector de mucho peso en esta ciudad, yo no lo limitaría al funcionariado o al sector público. Porque se ha seguido la tendencia a reducir de forma significativa la "masa salarial", como la llaman. Y porque en todas partes, sobre todo en el sector privado, los sueldos han ido a menos. Y porque vivimos en una ciduad donde se estimaba que había mucha economía sumergida. Pero ese dinerito que se sacaba complementario al desempleo, a la pensión, etc. se ha quedado en paguita semanal de niño. Y ese dinero que se podía gastar, el que sobraba, ahora ya no.