jueves, 6 de agosto de 2015

Patrimonio y ciudadanía



La cultura de una ciudad es la de sus ciudadanos. De nada sirve presumir de una larga y próspera historia, cuajada de momentos estelares en la cultura y en el devenir histórico, si los contemporáneos, los que conviven en la ciudad y los que la visitan, no pueden palparla.

La cultura de una ciudad no se mide por el número de actos culturales, puntuales, que instituciones públicas y privadas organizan a lo largo del año, ni por los estudios históricos, sociológicos, literarios, etc., que se publican; ni por las restauraciones de edificios y espacios públicos que se ejecutan, ni por la recreación de la historia ciudadana que se realiza levantando monumentos y estatuas... La mejor medida de la cultura de una ciudad es la del cuidado que ponen los ciudadanos en la conservación de su patrimonio, de la propia ciudad. Y en eso Cádiz y los gaditanos dejan mucho que desear.

El vandalismo contra el mobiliario urbano, contra edificios, monumentos, fachadas, estatuas, fuentes, lápidas y un largo etcétera, en una palabra, contra el patrimonio gaditano, es un grave problema que demuestra la poca cultura de los que lo ejecutan y de los gaditanos en general. 

Hay que acabar con esta lacra, y terminar con ella no es obligación sólo de las autoridades de la ciudad, es tarea de todos los gaditanos.

Las fotos son de Juan G.

               

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