sábado, 1 de septiembre de 2012

Centro de Interpretación de la Constitución

El Centro de Interpretación de la Constitución de 1812 fue presentado, y así se sigue considerando, uno de los productos estrella del Consorcio para la Conmemoración del II Centenario de la Constitución de 1812, en cuya web se puede leer que el Centro tiene contenidos muy documentados, que "la dotación expositiva del centro lo convierte en un espacio muy interesante desde el punto de vista didáctico, pero a su vez es divertido, riguroso y espectacular", "que no se descuidan los contenidos, muy bien pensados y estructurados", de manera que se cubra el objetivo de que "las personas que se acerquen al mismo se impregnen de las ideas fundamentales de aquel periodo histórico".  No había visitado el Centro hasta hace unos días y, la verdad es que, frente a un diseño del espacio correcto, aunque pequeño, que podría justificar el escaso contenido informativo y documental, lo que sorprende es encontrar documentos que no son de la época y notables errores. Por que no se puede incluir entre la "prensa de la época" periódicos como Don Circunstancias, periódico madrileño de 1848, o el Boletín Oficial Revolucionario de la Provincia de Barcelona, de 1868, que entre sus lemas incluía un ¡Abajo los Borbones!, o el periódico de Ayguals de Izco, de 1849, La linterna mágica… Claro que todo ello se explica al comprobar que se ha reutilizado, sin depurar, el montaje sobre prensa de la exposición "Ciudadanos", que se puede ver en la web de la Fundación Pablo Iglesias. Y no sólo el interactivo sobre la prensa procede de esa exposición.

Y, de errores, dos ejemplos. Se informa erróneamente que hubo dos "ediciones príncipes" de la Constitución de 1812, cuando es bien conocido que las Cortes, en sesión secreta celebrada el 10 de marzo de 1812, ordenaron publicar tres primeras ediciones en formatos distintos, una en letra parangona y tamaño folio, otra en cuarto y letra atanasia y la tercera en letra glosilla y tamaño dozavo. Y así se hizo. Pero lo más sorprendente es que han convertido en diputado de las Cortes de Cádiz al famoso obispo de Orense, Pedro de Quevedo y Quintano, precisamente al presidente de la Regencia que se negó a reconocer la soberanía de las Cortes cuando se constituyeron el 24 de septiembre de 1810, al obispo que el 3 de octubre mandó una protesta contra las Cortes, por lo que se ordenó formarle causa, al prelado que protestó contra la Constitución, que defendió la permanencia de la Inquisición…, al religioso que las Cortes, el 17 de agosto de 1812, declararon "indigno de la consideración de español", ordenándole abandonar el territorio nacional, por lo que pasó a residir en Portugal hasta la anulación de la Constitución. En 1814 Fernando VII lo premió con la gran cruz de Carlos III.
Al lado de esto, que confundan el apellido del escultor del monumento -es Marinas, no Mariñas-, que en la proyección en la cúpula del Oratorio -lo mejor sin dudas- se incluyan mujeres entre el público de las Cortes, o que los ordenadores se bloqueen y no funcionen bien, casi no tiene importancia.

Publicado en Diario de Cádiz, 1 de septiembre de 2012

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