martes, 23 de abril de 2019

Una Ciudad del Libro

He tenido la suerte de visitar y trabajar en muchas bibliotecas en diversos lugares, desde la José Martí, en La Habana, a la de la Generalitat Valenciana; de la del Instituto Feijoo, en la universidad de Oviedo, a la de la Universidad de Porto. En general, de todas tengo buenos recuerdos, aunque mi lugar de estudio favorito, fuera de Cádiz, sigue siendo la Biblioteca Nacional española.

Pero en Aix me he encontrado con una buena biblioteca, a la que, sin ningún tipo de exageración, han denominado la Ciudad del Libro, una biblioteca singular por el buen uso dado a un patrimonio arquitectónico e industrial previo.

La biblioteca pública de Aix-en-Provence ocupa lo que fue una gran fábrica de cerillas, y, sin cambiar prácticamente nada, han construido una cómoda y útil biblioteca.
Trabajar en sus salas, especialmente en la de Documentos Patrimoniales, sobre bodegas y prensa decimonónica, con la propina imprevista del Carnaval en Aix, ha sido una verdadera delicia.

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