martes, 16 de abril de 2019

Carlos IV en Aix-en-Provence

Como es sabido, el 10 de mayo de 1808, Carlos IV, María Luisa de Parma, el infante Francisco de Paula, además de Manuel Godoy, Josefa Tudó y sus dos hijos, salieron de Madrid rumbo a Francia, concretamente hacia el palacio de Compiègne -a unos cien kilómetros de Paris-, que era el destino que le había asignado Napoleón al monarca español. El emperador francés había acordado con Carlos IV unos pagos periódicos para que el rey pudiera mantener su Corte en el exilio, lo que suponía que unas doscientas personas acompañaban y servían a la familia real y a Godoy.

Pasada la temporada estival, Carlos IV empezó a quejarse del clima de Compiègne y pidió trasladarse al sur, lo que consintió Napoleón cansado de mantener a la familia real tan cerca. De esta manera la Corte de Carlos IV y Godoy se trasladó a Aix-en-Provence, donde llegaron a principios de octubre de 1808, instalándose en este hôtel situado en pleno Cours Mirabeau, la zona más aristocrática de Aix.

Conviene recordar que un hôtel en la Francia del siglo XVIII y principios del XIX, no era un alojamiento de turistas, era una residencia señorial, unifamiliar, un palacete urbano, el equivalente a un château campestre, sin llegar al nivel de un palais.

Cuentan los aixois, que a Carlos IV y a Godoy el hôtel les pareció pequeño, pues difícilmente podía albergar a toda "su corte", por lo que decidieron trasladarse a Marsella. Para entonces, Napoleón había dejado de cumplir con los pagos negociados, por lo que la vida en Marsella fue menos cómoda de lo que la corte exiliada hubiera deseado.     

En Marsella estuvo la corte de Carlos IV hasta finales de mayo de 1812. Al parecer a Napoleón le incomodaba tener en Francia a un Borbón, por lo que el rey español y su corte iniciaron su traslado a Roma donde llegaron a mediados de julio. No obstante, la presencia del rey español en Marsella dejó huella. En la zona sur hay un barrio que se llama Roy d´Espagne, debido a que Carlos IV vivió en esa zona de la ciudad. Lo que no deja de ser curioso: en un país republicano se mantiene el recuerdo de un rey que muy bien no se portó con los suyos.

NB. En la actualidad, el edificio donde estuvo Carlos IV, alberga los populares almacenes "Monoprix", donde se puede comprar casi de todo. La foto es del pasado 13 de abril.

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