El documento se publicó hacia 1870 para explicar como debía ser la vida de una mujer buena, con un subtítulo muy significativo de la ideología patriarcal de la época, "o consecuencias de la buena educación".
No tiene desperdicio...
El documento se publicó hacia 1870 para explicar como debía ser la vida de una mujer buena, con un subtítulo muy significativo de la ideología patriarcal de la época, "o consecuencias de la buena educación".
No tiene desperdicio...
Pensaba tirar de ironía diciendo que corría un bulo por la ciudad que decía que entidades carnavalescas vetaban, no cediendo sus locales, a la Tertulia Feminista de Carnaval para una reunión en la que se va a tratar sobre "Coplas lamentables", sobre letras misóginas y machistas, de las que tantos ejemplos hay en los repertorios de las agrupaciones, de antes y de ahora.
Pero el tema no está para hacer bromas.
Es lamentable, tan lamentable como las coplas de las que se va a hablar, que los que se rompen la camisa y lo que haga falta, defendiendo SU libertad de expresión, traten de vetar a quienes quieren hablar de coplas.
Es lamentable que una peña que lleva el nombre de uno de los mejores autores del carnaval, Paco Alba, ceda a las presiones de determinados personajes, y se desdiga de la cesión de su local para la tertulia.
Pero lo que es absolutemente impresentable es que la Asociación de Autores, que se supone debería defender la libertad de expresión, trate de cercenarla con excusas carentes de sentido: ¿no es el lugar adecuado para hablar del contenido de las letras lamentables?
Parece que algunos carnavaleros -quiero pensar que no todos-, estaban mejor en tiempos pasados, cuando la mujer esperaba en casa...
Pese a quien le pese, la tertulia se va a celebrar:
Imágenes y textos como los de más arriba, además de una nítida demostración de odio machista, es un mensaje que lleva implícito un blaqueamiento de la dictadura franquista: se transmite la idea de que con Franco las cosas eran normales, iban tan bien, que incluso una mujer podía ser policía local. No se dice nada de que eran una ínfima minoría, de que la mujer seguía sometida al hombre, que no había libertad, que los españoles no podían elegir a sus representantes y un largo etcétera de derechos constreñidos por la dictadura.
Pero da igual, el autor ha soltado toda su mala baba, su odio a las mujeres representadas por Irene Montero, mientras un montón de gente aborregada le aplaude, le jalea y, envalentonados, reenvían el mensaje blanqueando la dictadura.
Rubiales felicitando a los jugadores de la selección nacional.
Rubiales felicitando a las jugadoras de la selección nacional.
La foto procede del último número de la revista de Amnistía Internacional. Me parece terrible.
En primer plano, un chaval camina tranquilo, mirando con cierto desparpajo y curiosidad al fotógrafo. Detrás, una mujer, de apariencia joven, camina bien tapada -apenas percibimos su nariz-, intentando no llamar la atención, mirando al suelo como muestra de humildad y sometimiento, seguramente asustada, mientras un "guerrero", defensor de la nueva y excluyente realidad afgana, la observa con la arrogancia, chulería sería más exacto, que le da el poder machista instaurado en su país, que considera a las mujeres seres inferiores y sometidas al varón, a cualquier varón, en un claro desprecio a los derechos humanos más elementales, mientras el resto del mundo mira hacia otro lado.
Lo dicho, terrible.