miércoles, 31 de octubre de 2012

Demasiados protagonistas

Excesivamente larga y, en algunos momentos tediosa, fue ayer la ceremonia de investidura, como doctores honoris causa, de los "padres de la Constitución" de 1978, José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Gabriel Cisneros, Manuel Fraga Iribarne, Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé Tura y Miquel Roca.

Y no sólo larga y tediosa -varias personas abandonaron el Oratorio antes de que terminara la ceremonia-, es que en algunos momentos tenía la sensación de que me había equivocado de acto, tal fue el contenido, farragoso, repetitivo, incluso histriónico, de algunos de los intervinientes. Tanto se desvirtuó, en algunos momentos, el contenido de la ceremonia, que en La Voz digital he leído el titular "Honoris Causa por la unidad de España", y creo que el motivo por el que estábamos allí congregados no era ese. 

Largo, fundamentalmente, por que, en conjunto, los padrinos se excedieron con creces en el tiempo, tanto como para ocupar más de la mitad de las tres horas que duró la ceremonia; y en algún caso con exceso de protagonismo, olvidando que los protagonistas eran los homenajeados, no quienes tuvieron el acierto de proponerlos. De entre los padrinos, hay que destacar la intervención de Guillermo Montes Cala, modulada, reflexiva, con contenido, sin olvidar en ningún momento que su papel en el acto, en el que realizó la laudatio de Miquel Roca, era secundario.

Mejor, más breves y enjundiosas, las intevenciones de los nuevos doctores, o de quienes representaron a los ya fallecidos: Carmen Fraga, que recordó a su padre, Francisco Javier Ansuategui, discípulo de Peces Barba, que demostró conocer muy bien a su maestro, Juan Cisneros del Prado, que leyó un certero y emotivo artículo de su padre, y Albert Solé, que realizó una breve, contundente y enjundiosa reflexión al hilo de los que su padre dejó como herencia intelectual.

Los dos homenajeados presentes estuvieron bien y con el tiempo medido. José Pedro Pérez Llorca sacó su vena gaditana y realizó un discurso sentimental y jugoso en contenido, afirmando que ellos, los homenajeados, buscaban la institucionalidad democrática de España, el estado social y democrático de derecho que defina la Constitución y terrminó pidiendo a la UCA que en el 2013 no se olvide a los diputados doceañistas y se coloque una placa en el panteón que está en la cripta de San Felipe Neri. Y Miguel Herrero, que leyó también unas palabras de Miquel Roca, en su propia intervención no quiso personalizar en su figura el homenaje, afirmando que se homenajeaba a la historia constitucional de España que comenzó en San Felipe y cuyo último capítulo es la Constitución de 1978, un texto, redactado por ellos, pero que fue fruto del consenso, del pacto entre todos los españoles.

Tras los homenjeados el Rector realizó también una intervención muy correcta y medida, mejor medida que la de algunos padrinos.   

Los nuevos doctores "honoris causa" eran los protagonistas. Otros quisieron serlo y se equivocaron en la forma y en el contenido. Más de un asistente lo dijo al finalizar el acto, otros sintieron pudor por la imagen dada, y es que no se puede estar en misa y repicando. 

2 comentarios:

Jesús dijo...

Muchas gracias por la crónica desde dentro.

Santiago Moreno dijo...

La portada del Viva Cádiz tampoco se queda atrás: "Doctores tiene la Santa Carta Magna".