domingo, 12 de abril de 2020

EUREKA, panificadora y chocolatería

Un conocido, seguidor de estas páginas, me pregunta por la célebre panadería y chocolatería gaditana EUREKA, sobre su fundación, que habitualmente se dice que fue a principios del siglo XX, y que, en la web de la actual empresa fabricante del chocolate Eureka, situada en Pinto (Madrid), dice que se estableció en Cádiz en 1906.
No conozco mucho de la historia de EUREKA, pero por las referencias que tengo, la panificadora mecánica EUREKA, que se estableció en la Plaza de Jesús Nazareno 27 -donde estuvo el "Circo Teatro Gaditano" (1887), que, arrendado por aficionados en 1889 pasó a ser el "Liceo Teatro Albarrán"-, la fundó el industrial gaditano Juan Diego Gámez Ojeda en 1912.

Esa fecha coincide con la que dio el periodista Enrique Garro -amigo del fundador según cuenta en su blog Fernando Orgambides-, en un reportaje publicado en ABC en diciembre de 1918, en el que escribió que la panificadora, “establecida hace seis años”, fabricaba cien mil piezas de pan de todas las clases, lo que se puede confirmar tras la consulta de las guías de Cádiz, donde se puede comprobar que la primera referencia aparece en la de 1913. 

El fundador, Juan Gámez Ojeda, que pertenecía a una familia con negocios de vinos y licores en Cádiz, tenía una fábrica de aguardientes en Puerto Real, en la que elaboraba el anís “Español”, célebre en su época. 

Miembro del Partido Liberal, fue alcalde de Puerto Real posiblemente entre 1916 y 1918, logrando, según su amigo Enrique Garro, transformar la villa abriendo jardines y parques, aunque, por las referencias localizadas, no dejó de vivir en Cádiz, donde conocemos hasta tres domicilios diferentes. También fue diputado provincial y presidente de la Diputación de Cádiz hacia 1923.

La “Panificadora mecánica EUREKA” realizaba el reparto de pan con carros de su propiedad, pero muy pronto comenzó a abrir despachos de pan por toda la ciudad, locales que se distinguían por un cartel metálico, circular, en el que figuraba, en letras rojas, el nombre de la empresa.
Fabricando productos muy variados, el más famoso fue el "pan de viena", tanto es así, que todas las piezas de pan de similares características han sido conocidas en Cádiz como un “viena”. Pero el pan al estilo de Viena destacaba por ser ligero y esponjoso, lo que se lograba por su cocción con vapor de agua, aunque por fuera quedaba crujiente.

Además del pan, fabricaba caramelos, cacaos para tomar chocolate en taza, bombones y tabletas de chocolates, productos que consagraron la marca a nivel nacional. Las célebres tabletas y onzas de chocolate EUREKA incluían, como hicieron otras fábricas de chocolate de la época, colecciones de cromos muy populares.
Parece que la fábrica estuvo trabajando en Cádiz hasta principios de los años sesenta del siglo XX, años en los que la familia López Moltó, que se había hecho con el control de la fábrica “La Colonial” fundada en 1854 por Jaime Meric, compró EUREKA trasladando la producción a su sede en Pinto (Madrid).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, es en la calle Jesús nazareno. Yo vivo ahora en esa finca, en la que fue chocolates eureca

Anónimo dijo...

Un tío mío trabajo en la fábrica, y por las ventanas de Jesús Nazareno nos daba trozos de chocolate cuando salíamos del colegio .

Anónimo dijo...

Mi abuelo Antonio inició su trabajo en Eureka a los 17 años (en marzo del 1939) con un "contrato de aprendizaje", y un jornal diario de 4 pesetas. Siguió como caramelero hasta el año 1947, que se marchó de Cádiz a Medina Sidonia, por recomendación médica a su madre, que padecía una enfermedad pulmonar. En el contrato, con todas las formalidades, se especificaba que el alojamiento, alimentación y vestimenta del menor corrían a cuenta del padre o representante legal, y que el aprendizaje duraba 1 año con periodo de prueba de 2 meses. La jornada terminaba a las 6 de la tarde, cuando cerraba la fábrica. También hacían labores de repartidor y distribuidor de Especies (pero no especifica cuánto tiempo).

Anónimo dijo...

Mi abuelo Antonio trabajó en la fábrica Eureka desde los 17 años (en marzo del 1939), comenzando con un "contrato de aprendizaje", y siguió como caramelero hasta abril de 1947, cuando se tuvo que marchar de Cádiz a Medina Sidonia, por recomendación médica a su madre, que padecía una enfermedad pulmonar (creemos que tuberculosis). En el contrato de aprendizaje, con todas las formalidades, se especificaba que la vestimenta, alimentación y alojamiento del menor corrían a cuenta del padre o representante legal. El jornal diario era de 4 pesetas y la jornada terminaba a las 6 de la tarde cuando cerraba la fábrica. También hacían labores de repartidor y distribuidor de Especies, pero no se especifica más. En el contrato constan las firmas del patrono o maestro (director gerente llamado Juan), el aprendiz y su representante.