Estoy convencido de que las leyes de defensa de los animales son tan importantes, como necesarias.
Pero que una colonia de gatos pueda parar un proyecto urbanístico tan importante como el del antiguo cementerio, que además lleva décadas de atraso, me parece un disparate.
Hay soluciones para los gatos, los colectivos de defensa de los animales pueden y deben buscar alternativas, no solo proponer que se paren las obras. La defensa de un centenar de gatos no puede estar por encima de lo que beneficiará a miles de otros seres vivos.
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