martes, 24 de julio de 2018

Tabernas y días de fiesta

Recoge hoy Diario de Cádiz una curiosa noticia, publicada el 24 de julio de 1868, en la que se informa que el obispo de Cádiz, fray Félix María de Arriete, "movido de fervoroso celo por la moralidad de los fieles de sus diócesis y la pureza del culto", había dirigido a Isabel II un escrito pidiéndole que por orden gubernativa se cerraran las tabernas los días festivos.

No era la primera vez que una autoridad eclesiástica se pronunciaba así, por lo que lo verdaderamente curioso de la noticia es el comentario, seguramente de un redactor del Diario, que dudaba de que la medida fuera útil, arguyendo algo muy cierto: el problema no eran las tabernas, si no el excesivo número de fiestas religiosas que había en España, "pese a las órdenes de la Santa Sede", días festivos, por lo tanto no laborables, que hacían que los trabajadores emplearan los días de fiesta en "frecuentar la taberna y consumir sus ahorros en distracciones peligrosas", añadiendo, "la medida que propone fray Félix sería inútil. No cabe coacción donde no ha llegado la buena costumbre".
 
El comentario sobre las fiestas religiosas en España es exacto. Antes de que se produjera la segunda reducción de fiestas reli­giosas llevada a cabo por Pío X en 1911, un calendario de la última década del siglo XIX señalaba como fiestas religiosas las celebraciones de Año Nuevo, Reyes, la Purificación, Miércoles de Ceniza, San José, la Anuncia­ción, Viernes de Dolores, Viernes Santo, San Isidro, la Ascensión, el Corpus, Sagrado Corazón, San Pedro y San Pa­blo, San Juan, la Visitación de la Virgen, Virgen del Carmen, Santiago, Asunción, San Joaquín, Nati­vidad de la Virgen, Exaltación de la Cruz, Nuestra Señora del Rosario, Todos los Santos, Día de Difuntos, Presentación de la Vir­gen, la Purísima Concepción y Navidad. Además, por supuesto de las fiestas do­minicales. Y en muchas zonas rurales se celebraba también San Antón, San Sebastián, San Vicente. San Blas, Santa Águeda, Lunes y Martes de Pascua, los Mayos, Día de Ro­gativas, San Antonio, San Marcos, San Roque, San Bartolomé, San Miguel, San Martín, San Andrés..., fiestas religiosas a las que se añadían fiestas patronales o de cofradías y hermandades laborales, a las que aun podemos añadir la Fiesta Nacional (entonces, el 2 de mayo), los cumpleaños de los reyes... por lo que entre fiestas religiosas, fiestas oficiales, fiestas locales y fiestas gremiales, podrían contarse hasta cuarenta días de fiesta, además de los domingos, lo que supone que en torno a un centenar de días al año eran festivos en la España de comienzos de finales del siglo XIX y principios del XX, cifra que podía incluso superarse en los casos de las fiestas expansivas, es decir, aquellas como los carnavales, muchas fiestas patronales, los días de feria..., que ocupaban varios días en los que no se trabajaba.

En la imagen, la taberna El Zoco, en la plaza de la Catedral.

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