No era una propuesta absolutamente original, de hecho hay cosas similares en otras ciudades, por ejemplo, en Dublín donde la ruta Joyce se marca con placas de bronce en el pavimento, o en el Madrid literario, o en Londres y México, donde pequeñas placas indican la casa donde nació un personaje o se desarrolló un hecho histórico. Por eso no nos extrañó que el Ayuntamiento de Cádiz, poco después, expusiera una idea similar que, de momento muy parcialmente, está desarrollando, lo que es de aplaudir.
Lo que ocurre es que en el caso de Miguel Gordoa, diputado mexicano, se ha cometido un error de bulto, colocando, el pasado mes de septiembre, una placa en la calle Montañés.
La foto se puede ver en la página institucional del Ayuntamiento.
Como digo, poner esta placa en la calle Montañés, es un grave error, puesto que las fuentes históricas indican que no vivió en esa calle.
Para conocer dónde residieron en Cádiz los diputados doceañistas hay, al menos, dos documentos de la época. Por una parte la Lista de los señores diputados de las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación Española, publicada por la Imprenta Real en 1811, y por otra la Guía política de las Españas para el año 1812, publicada por la imprenta de la Viuda de Comes, y en ambos documentos se constata que Gordoa no vivió en la calle de las Descalzas -actual Montañés-, ni tampoco en una inexistente plaza de las Descalzas, como se ha escrito.
Miguel Gordoa y Barrios residió, en Cádiz, en la plazuela de los Descalzos nº 91, es decir, en la actaul plaza de las Flores nº 8. Allí es donde hay que colocar la placa.