Quien me escribía es Licenciado en Historia por la UCA, Máster Oficial en Estudios Hispánicos, tiene concedida la Suficiencia Investigadora, ha sido becario documentalista de varios proyectos, con el doctorado en fase de desarrollo, con varias publicaciones..., y en paro.
La posibilidad de, por fin, realizar unas prácticas laborales -en el Programa EPES (Experiencias Profesionales para el Empleo)- la había logrado a través de una asociación que, como tantas otras en Andalucía, gestionan "programas subvencionados por distintas Consejerías de la Junta de Andalucía en busca de favorecer la integración social y laboral..."
Hace dos días me volvió a escribir mi amigo para decirme lo que sigue:
"Alberto, ya que te dije que empezaba a trabajar hoy, es de recibo comunicarte que el viernes pasado la Junta reculó dando por inválidos unos veinte contratos (entre ellos el mío), aduciendo que no hay dinero ni lo va a haber. De hecho han cerrado la oficina de orientación laboral a la que yo iba, ..., dejando también en la calle a los orientadores. En fin, seguiremos en la lucha".
No solo es frustrante, es vergonzoso jugar con la ilusión de tante gente que busca un trabajo, aunque sea temporal y se perciba una miseria de salario, pues, como mi amigo, hay muchos andaluces perfectamente formados que siguen dependiendo de la ayuda de la familia.
Y lo más irritante, lo peor de todo, es que, hoy mismo, si se pone en un buscador de internet las palabras "Junta de Andalucía inserción laboral", la pantalla se llena de ofertas, planes y anuncios en los que la Junta pregona su política de inserción al empleo, algunos de ellos específicos para universitarios en paro. Como mi amigo.
Al final, palabras, programas, publicidad..., todo es un fiasco.
Es lamentable y muestra una enorme falta de responsabilidad. Indignante.
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