Aunque hay quien considera que la cronología, las fechas, no tienen demasiada importancia, para el conocimiento y comprensión de la historia, son importantes. Un error en las fechas puede cambiar la calificación y percepción cualitativa de un acontecimiento histórico. Pasa por ejemplo con la dictadura franquista cuando se tergiversa el comienzo de la guerra civil, indicando que comenzó en octubre de 1934. Se hace para culpar a los que no tuvieron culpa, y disculpar a los golpistas, y se hace, incluso, relegando al olvido lo que durante la dictadura se calificó como "glorioso movimiento nacional" del 18 de julio.
Por eso, si en un panel sobre "las fiestas típicas" se escribe, textualmente, "El carnaval estuvo prohibido desde 1937 a 1948", seguramente sin querer, se está edulcorando la dictadura que, según ese error cronológico, permitió la celebración del Carnaval a partir de 1948, y no es así.
No olvido que el título del panel es "1948-1976: las Fiestas Típicas", pero eso no justifica la tajante afirmación de que la prohibición terminó en 1948. Hay que escribir, con toda claridad, que el Carnaval estuvo prohibido por la dictadura franquista entre 1937 y 1977, cuarenta años, para que nadie se llame a engaño.
El rigor brilla por su ausencia, en la mayoría de las cartelas. La historia se recuerda, no se inventa.
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