A más de un político y política, y a muchos asesores de esos políticos y políticas, habría que recordarles el cuento de Augusto Monterroso, para que no olviden que ostentan los cargos temporalmente, que las legislaturas terminan y que, cuando se vayan, el dinosuario seguirá allí, o lo que es lo mismo, que tendrán que bajarse del pedestal y volver a convivir, como simples ciudadanos, con todos aquellos a los que antes miraban desde arriba.
La realidad es un más grande que el dinosaurio, que fue el mayor animal terrestre; y tarde o temprano todos nos tropezamos con ella, como nos tropezamos con los sueños. Y hace muy el sr.Ramos Santana en recordarnoslo.Singularmente si a este blog accede gente con puestos de poder o determinados malandrines que procuran desde su posición,vilipendiar al prójimo.
ResponderEliminar