Más de uno piensa que el vino se hace solo, que es como la leche, que viene en un envase de cartón desde los más remotos tiempos. No saben que para tener un buen vino, hay que hacerlo, cuidarlo y mantenerlo. Por eso, en las buenas tabernas, como La Manzanilla, el tabernero trasiega el vino, lo cuida, lo mima, para que los tabernarios disfrutemos.
Trasegar el vino es puro arte, artesanía impagable, como la que desarrolla Pepe en su taberna, en
La Manzanilla.
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