La obra realizada ha intentado respetar las líneas esenciales de la vieja taberna, manteniendo, por ejemplo, la vieja barra o las vigas del techo -incluso los viejos ventiladores-, aunque lo que más se echan en falta son los barriles donde se atesoraban vinos de Chiclana y manzanilla, pérdida de la que no son responsables los nuevos taberneros que se encontraron el local sin las viejas botas. De hecho, intentando mantener la tradición del vino de barril, han instalado tres botas pequeñas.
Cambian los tiempos, pero, con una oferta gastronómica actualizada, La Carbonera reabre sus puertas. Es una buena noticia.
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