La cosa es sencilla. José María González "Kichi", candidato de Por Cádiz sí se puede (Podemos), no ha ganado las elecciones, ha quedado segundo. La candidatura más votada es la de Teófila Martínez, pero no lo suficientemente como para que pueda gobernar.
Si recordamos los resultados concluiremos que de un total de 65.131 votantes, 22.004 quieren que Teófila Martínez siga siendo alcaldesa de Cádiz, pero 43.127 no.
Pero eso no quiere decir que esos 43.127 ciudadanos quieran como alcalde a José María González, pues a Kichi lo han escogido como primera opción 18.277 votantes, por tanto, hay 24.850 ciudadanos que no han elegido a Teófila, ni a Kichi, han escogido otras opciones, entre las que destacan los 11.359 que escogieron a Fran González, los 5.487 que escogimos a Martín Vila y los 4.666 que votaron por José Manuel Pérez Dorao.
¿Adónde quiero llegar? Pues a reiterar que el pacto que desbanque a Teófila Martínez de la alcaldía es legítimo; que para que la voluntad de la mayoría de los gaditanos se cumpla, hay que negociar y pactar; y que para pactar no se pueden poner condiciones inasumibles por alguna de las partes negociadoras; y que no se debe excluir a nadie en la ronda de consultas y negociaciones.
Por eso decía que la cosa es cuestión de números, hay que lograr el apoyo de 14 concejales, como mínimo, para un candidato consensuado, y ya adelanté que, en mi opinión, ese candidato de consenso debería ser José María González, por ser el que más votos y concejales aporta al pacto.
Pero para lograrlo sobra prepotencia y falta respeto a los demás, entre otros, a los electores que no eligieron a Kichi como su candidato ideal a la alcaldía, respeto a esos 24.850 votantes que no quieren a Teófila en la alcaldía, pero tampoco votaron al candidato de Podemos.
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