En la foto, Enrique Villegas y Lolita Sevilla con Los Beatles de Cádiz
A ENRIQUE VILLEGAS PRIMER BALUARTE DEL CARNAVAL DE CÁDIZ.
Decía Enrique Villegas no hace demasiados días: "Buenas
noches a todos. A las gaditanas y gaditanos y a los de ambos sexos, de Ayamonte
y Huelva", a lo que quiero añadir, y a los de los otros lugares del universo
donde nacen los gaditanos cuando quieren.
Nos hemos reunido aquí, junto a una Cruzcampo y otras
menudencias, para realizar un homenaje -otro más y nunca serán muchos- a
Villegas, a Enrique Villegas Vélez, a este gaditano que quiso nacer en Ayamonte
para venir a Cádiz a contribuir en la forja del baluarte
indestructible de su Carnaval.
Enrique Villegas es un ejemplo para todos los que quieran
mirarse en el espejo del Carnaval de Cádiz. Cuando se ha difundido
su historial carnavalesco, con motivo de su elección como pregonero del
carnaval de 1999, a muchos les ha sorprendido conocer que sus comienzos en el Carnaval fueron relativamente tardíos, cuando frisaba las
cuatro décadas, como si voluntariamente hubiera realizado un concienzudo
aprendizaje para comenzar a escribir. Y, si fue así, fue un aprendizaje bien
fructífero, pues en su historial oficial se constata que la primera agrupación
de Enrique -Los del celeste imperio- obtuvo en 1961 el tercer premio de
coros; y la segunda -Los gitanos errantes- el primero de comparsas.
No puedo resistir la tentación -y prometo no cansarles- de
contar que entre mis primeros recuerdos del concurso del Falla están Los
dandys negros, comparsa con la que Enrique volvió a obtener el primer
premio en 1963, compartiéndolo con Currusquillos gaditanos de Paco Alba. Si
no recuerdo mal, ese mismo año una chirigota para la que hizo la música quedó
en segundo puesto: Los nuevos atacantes.
1965 fue un año especial. Y polémico. El primer premio de comparsa
lo ganó Paco Alba con Los hombres del mar. Y Enrique Villegas -que sacó
la chirigota Los amargaos- paseó por el mundo a Los escarabajos
trillizos. Recuerdo que entre mis hermanos se organizó un debate
-una pelea- que ganó la mayoría más joven, partidaria de los que pasarían a la
historia como Los Beatles de Cádiz. Desde entonces para acá más de tres
decenas de agrupaciones.
Creo que si alguien me dijera alguna vez que escogiera una
agrupación, una sola, para adueñarme de su autoría y pasar así a la historia
del carnaval gaditano, escogería a Los escarabajos trillizos, una
agrupación que sintetiza como pocas la esencia de la fiesta -de la creatividad
carnavalesca- por su ingenio, musicalidad, puesta en escena y actualidad de sus
letras.
Esa es la gran aportación de Enrique Villegas al Carnaval, y no me
refiero solo al Carnaval de Cádiz. El Carnaval es una fiesta rompedora, transgresora
y jocosa, pero es también, debe serlo, una fiesta que refleje los aconteceres
cotidianos, con una actitud crítica, que no se debe estancar en la autocomplacencia,
que debe servir como acicate para mejores logros sociales y personales, que refleja el origen popular de la creación, que cante -hable, exprese, cuente- el sentir,
la opinión de un pueblo, sin ocultar su lenguaje, sus recursos expresivos, pero
sin recurrir, con cualquier tipo de excusa, a la grosería, a la chabacanería.
Esto lo ha hecho, como pocos -como el Tío de la Tiza, como
Cañamaque, o como su amigo Paco Alba- Enrique Villegas.
Pero es que además, Enrique, casado con Concepción Mejías, nos
ha dejado una saga -"los villegas"- que en los últimos años nos han
hecho disfrutar con sus comparsas y chirigotas.
Por todo eso, para el jurado del Premio BALUARTE DEL CARNAVAL,
instituido por la Fundación Cruzcampo, no hubo la menor duda. El premio se
resolvió en un instante, y por unanimidad se acordó concederle a Enrique
Villegas el primer BALUARTE DEL CARNAVAL.
Antes de terminar, en nombre del Jurado, y me atrevería a decir
que en nombre del Carnaval de Cádiz, quiero agradecer a la Fundación Cruzcampo
el que decidiera crear este premio para enaltecer la fiesta grande de Cádiz. Y
el entusiasmo que mostraron cuando conocieron que el primer galardón era para
Enrique Villegas, incluso cuando les avisamos que la mitad de los comensales de
esta noche iban a ser sus hijos y sus nietos.
Enrique, muchas gracias por lo que nos has dado, por tus letras,
por tu música y por tu marcado bien hacer humano.
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