Negaba Cristóbal Montoro, no hace mucho, el informe de Cáritas sobre la pobreza en España, que hacía especial referencia a los niños en los que se está constatando déficits alimentarios y proteínicos. Según el, habitualmente, sonriente ministro de Hacienda, lo que decía Cáritas no se corresponde a la realidad de España. Y no hace mucho, en plena campaña electoral, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmaba que ya se notaba alegría en las calles, descubriendo de esa forma el nuevo medidor económico, rigurosamente científico, que han descubierto los grandes economistas del PP: si alguien está riéndose de un chiste, es que la economía va bien.
No sé si Cristóbal Montoro ha negado los datos que acaba de publicar el INE (el oficial Instituto Nacional de Estadística, adscrito al Ministerio de Economía y Competitividad), sobre las dificultades económicas de los españoles, de los que se concluye que uno de cada cinco españoles vive por debajo del umbral de pobreza, aunque quizás la solución sea pedirle a su compañero Luis de Guindos que exija al director del INE que, en vez de realizar informes sobre la situación de los españoles, acuda al Club de Comedia a contar chistes, para que la alegría siga por las calles.
Coincide el informe del INE con una nueva andanada del Fondo Monetario Internacional (FMI), pidiendo apretar más la reforma laboral, perdonad deudas a las empresas -nunca a los ciudadanos, faltaría más-, subir otra vez el IVA -es decir, el impuesto indirecto que pagamos todos por igual, mientras el gobierno plantea rebajar el IRPF, el impuesto directo a los ingresos, medida que siempre favorece a los que más tienen- y seguir privatizando servicios públicos. Medidas que en nada favorecen a la mayoría de la población, pero sí interesa a las grandes corporaciones económicas y financieras, que es para quien trabaja el FMI.
Conviene recordar que el FMI es responsable de las medidas de austeridad que han provocado el aumento de la pobreza en España y buena parte de Europa. Y ahora siguen haciendo propuestas en la misma línea, a pesar de que, como ha recordado Ángel Sánchez Harguindey en un comentario sin desperdicio, a principios de 2013, Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, reconoció que había sido un error recomendar recortes a los gobiernos europeos, sin prever que la austeridad acabaría con el crecimiento.
Somos más pobres, gracias a las recomendaciones del FMI, que aprieta las tuercas, mientras Montoro niega la pobreza y Soraya solo ve sonrisas a su alrededor, posiblemente, la de sus asesores y pelotas de turno del PP.
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