Más de 190 millones deben los gaditanos

Una de los discos rayados -y rallados, según el DRAE- de la propaganda municipal es que la economía va muy bien, que las cuentas del Ayuntamiento gaditano son excelentes, como decían cuando se cumplían los dieciocho años de Teófila Martínez como alcaldesa de Cádiz, y afirmaban con rotundidad que "económicamente estamos mejor que nunca". Por entonces, mayo de 2013, se reconocía la existencia de una deuda que no se cuantificaba. 

Ahora ya la conocemos. Este ayuntamiento de cuentas saneadas, según la propaganda oficial, debe a los bancos más de 190 millones de euros, informa Diario de Cádiz. Aparte están las deudas con los proveedores, que son pecata minuta comparadas con las financieras.

Siempre es curiosa la explicación que el responsable de Hacienda da para tratar de minimizar los problemas económicos derivados de su gestión y de la de Teófila Martínez. Así JB Fernández  expone que uno de los principales problemas es el pago a proveedores, que ha obligado al Ayuntamiento a participar en los planes de pago promovidos desde arriba y que suponen un nuevo empréstito de 18 millones de euros en condiciones especiales. ¡Al final resulta que la culpa la tienen los proveedores por que quieren cobrar...!

El otro problema, según JB, de la hacienda municipal es que tienen pendientes de cobro casi 10 millones de euros en impuestos, es decir, que los otros responsables son los gaditanos en crisis que no pueden pagar los impuestos de un ayuntamiento que presume de no haberlos subidos en los últimos años, cuando la realidad es que no puede hacerlo, por tenerlos al límite permitido. Por eso han pedido la revisión del IBI, para dar una vuelta más al torniquete impositivo. 

Lo peor de todo esto es que quienes deben ese dinero, quienes deben más de 190 millones de euros, son los gaditanos. La deuda se calcula que compromete al ayuntamiento hasta el año 2029. Para entonces es muy probable que ni Teófila, ni JB, se hayan ido, que ya no estén en el ayuntameinto, pero los gaditanos seguirán pagando la deuda generada por su gestión y su propaganda, que no cesa.