EN las declaraciones de los portavoces, no identificados, del Partido
Popular y del Ayuntamiento realizadas para el amplio reportaje que
publicó este Diario, para destacar los dieciocho años de Teófila
Martínez como alcaldesa de Cádiz, y el anuncio de su continuidad, en
medio del discurso autocomplaciente, destacaron, en mi opinión, dos
ideas. Por una parte, la reiterada consigna propagandística de que las
cuentas municipales van muy bien, "económicamente estamos mejor que
nunca", según fuentes municipales, que, aunque reconocían la existencia
de una deuda no la cuantificaba, y solo indicaban que los gastos
financieros de la misma se han triplicado en los últimos años. La
realidad es que el ayuntamiento está endeudado, que la deuda por
habitante (1.608 euros), es la quinta más importante de España, y que,
aunque no se diga, los plazos oficiales para pagar a las empresas y a
los proveedores que trabajan con el ayuntamiento se incumplen
reiteradamente, generando perjuicios y dificultades a las pequeñas y
medianas empresas radicadas en la ciudad. Un dato: el Ayuntamiento tenía
en diciembre algo más de 28 millones en facturas sin pagar; al parecer
ahora la cifra ronda los 35 millones.
Por otra parte, de las declaraciones del portavoz del PP se
deduce lo poco que al partido le preocupa la pérdida y envejecimiento de
la población de Cádiz. Antes al contrario, parece que les alegra,
porque electoralmente les favorece. Por eso, cuando se plantea la
posible crisis de votos que se intuye para las próximas citas
electorales, en el PP no se inquietan pues saben que el desánimo y la
desafección política es mayor en los jóvenes, mientras que la que
califican como "mayoría silenciosa", que predominan entre los electores
cuyas edades están entre los 40 y 85 años, "es la que vota al Partido
Popular", por lo que una población envejecida, como la gaditana, les
conviene. Cádiz ha perdido desde que gobierna el PP más de 20.000
habitantes, estando en la actualidad en poco más de 123.000, de los que
unos 105.000 tienen derecho a voto y más de 69.000 están en el nicho de
edad que, según el PP, les vota mayoritariamente.
Los datos son concluyentes, la población de Cádiz disminuye,
envejece y tiene el mayor índice de paro de España. Si en 1995 la ciudad
tenía 145.595 habitantes, de los que 15.066 estaban en paro, en 2013 la
población ha descendido a 123.498 habitantes y el paro ha subido a
17.998 personas. No importa, en el PP lo ven todo de color azul.
Publicado en Diario de Cádiz, 1 de junio de 2013
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