Con el caso Bárcenas, el PP ha convertido el de los EREs en una consigna reiterada a diario. Lo hace cotidianemente Antonio Sanz, lo hace Teófila Martínez -lo reiteró cuando en el pleno municipal se le preguntó por los 30.000€ que aparecen consignados a su nombre en la supuesta contabilidad de Bárcenas-, y lo hace cualquier cargo del PP andaluz cada vez que puede.
Sin intentar quitar importancia al fraude de los EREs, creo que hay una diferencia importante. Además de que conviene recordar que la primera denuncia surgió desde la propia Junta de Andalucía, hay que considerar que, por lo que se sabe hasta ahora, la supuesta corruptela de los EREs salpica a una serie de cargos de una consejería de la Junta. La supuesta corruptela de las cuentas de Bárcenas salpica a buena parte de la dirección del Partido Popular.
Por decirlo gráficamente, de ser ciertas las dos corruptelas, en un caso es una manzana podrida en el árbol. En el otro parece que es la raíz del árbol la que estaba podrida.
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