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sábado, 26 de enero de 2013

Política y transparencia

HACE unos días conocimos que, en estos momentos, lo que más preocupa a los españoles, aparte del paro, es la corrupción, el fraude y los políticos. Y es que cada día conocemos nuevos casos de corruptelas, derroches, apropiaciones indebidas, cohechos, enchufes, multiplicación de asesores, desvío y malversación de fondos públicos, etc., en todas las esferas de la administración, desde un pequeño municipio, hasta la administración estatal, pasando por empresas públicas, bancos o partidos políticos. Es cierto que no ocurre con todos, incluso que la inmensa mayoría de los políticos son gente honrada, que hay unos 67.000 cargos electos en España, frente a unos 250 casos de corruptelas denunciados. De cualquier forma son demasiadas y escandalizan a la ciudadanía, que no puede entender casos como Palma-Arena, Gurtel, Fabra, Palau, Mercasevilla, ERES, Rodríguez de Castro, Mulas, Bárcenas…, sin olvidar los frecuentes fraudes urbanísticos.

Es evidente que hay que buscar una solución, además de perseguir sin descanso a los corruptos, a los que engañan a la población. Y la solución está en la transparencia de las cuentas públicas, en que la ciudadanía tenga acceso directo y rápido a los presupuestos de todas las administraciones públicas y a su ejecución, a cómo se recauda y gasta el dinero de todos. Ya los diputados reunidos en las Cortes de Cádiz dieron ejemplo cuando decidieron en 1811 que las cuentas de la Tesorería General se publicaran en el Diario de las Cortes. En la actualidad hay más y mejores medios para hacer las cuentas transparentes. Por ejemplo, Antonio B. propone una medida que, quizás, no evitaría todas las trampas, pero las dificultaría bastante: que las cuentas sean visibles en línea, que estén en la red, en la página web de las administraciones, con actualización diaria y publicación de un resumen semanal, que se podría repetir en el BOE, en el BOJA, o en la publicación correspondiente de cada administración. Sería más barato que crear un cuerpo de auditores para fiscalizar las cuentas semanalmente, que es otra posibilidad.

En cualquier caso, la preocupación de los españoles demuestra que el interés por lo público es alto, como se constata en las manifestaciones públicas que repiten "no les votes" y "no nos representan", o en la propuesta cívica "rodea el Congreso", que, en el fondo, no es más que un cuestionamiento del actual sistema para reclamar un nuevo proceso constituyente. Que sería la mejor solución.

Publicado en Diario de Cádiz, 26 de enero de 2013

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