Nuestros amigos Hilda y Guille nos regalaron un excelente lomo de venado de la Sierra de Cádiz. Tras meditarlo, decidimos cocinarlo de dos formas, con la misma preparación previa.
Maceramos el lomo en vino tinto, con ajo, especias, laurel y un poco de canela, durante algo más de día y medio.
La primera mitad, troceada, tras dorar un poco los trozos, la guisamos a fuego lento en el propio vino de la maceración, previamente colado, añadiéndole un poco de pimienta negra y sal. Salió muy bueno.
La otra mitad, entera, la pusimos a dorar bien a fuego vivo -la
sellamos, en términos culinarios-, hasta que quedó el lomo quedó bien
dorado , añadiéndole un poco de sal. Lo sacamos del fuego y apartamos. Cuando se terminaron de guisar
los trozos, con el fuego ya apagado, pusimos el trozo en medio de la
salsa. Para servirlo, lo cortamos en lonchas. Salió excelente.
para que tu veas la buena materia prima que tenemos los Vallejo..
ResponderEliminarConvencido que salió excelente, pero........la carne no se sella, se dora a lo sumo. ¿El porqué de la correción?. Fácil: A la vista de tus manejos culinarios, estoy convencido que vas a por nota, y es por ello, que no se te puede atribuir "sellar" (solo correos en sus mejores tiempos lo hacía) y sí, admitir "dorar", más propio y ajustado a la química más ortodoxa.
ResponderEliminarSalud y buen apetito.
Don Mariano, sabe vuesa merced que sus consejos son siempre bienvenidos, nunca a un discípulo le sobran lecciones magistrales. Usé el término sellar tras leerlo en varios comentarios culinarios -observe que lo situé entre guiones, como un paréntesis, como un añadido-, pero lo tendré en cuenta.
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