Sin necesidad de tomar la parte por el todo, como hace algún apoltronado
adocenado, es cierto que sin opinión pública informada, peligran las
libertades, peligra la democracia, y los poderes absolutos, hoy
globales, volverían a controlarlo todo. Esto lo sabían ya muchos
ilustrados que consideraban la libertad de expresión como un derecho
natural, previo, incluso, a una Constitución, ya que la libre opinión
propiciaría la educación del pueblo y, lo que es más importante, la
limitación y control del poder mediante la capacidad de crítica. Es en
este sentido en el que la libertad de imprenta parecía más importante
que la Constitución, ya que cualquier tipo de abuso quedaría frenado por
la crítica del imparcial tribunal de la opinión pública. Así lo
entendieron los doceañistas cuando decretaron, el 10 de noviembre de
1810, la Libertad Política de la Imprenta, es decir, el derecho a la
libertad individual de pensamiento y expresión, para mejorar la
ilustración de la nación y conocer y forjar el pensamiento libre.
Aunque el periódico había surgido en la centuria anterior, a
partir del Decreto de las Cortes el periodismo cobró importancia en la
transmisión de ideas. Entendido como una útil herramienta, entre 1810 y
1814, las distintas opciones ideológicas volcaron sus ideas en sus
propios periódicos con la intención de convencer y ganar adeptos. Fue
tan importante esta revolución que una de las primeras medidas del
absoluto Fernando VII fue prohibir los periódicos, hasta que, primero en
el Trienio Liberal y después a mediados de la década de los treinta del
siglo XIX, la prensa cobró nuevos bríos en una etapa caracterizada,
nuevamente, por el matiz político de las publicaciones y un marcado
tinte cultural. El panorama de la prensa cada vez se consolida más. El
periodista se profesionaliza, formando parte de una empresa editora que,
como tal, tiene como objetivo mantener su independencia en medio de un
mercado competitivo. El nuevo modelo empresarial provoca la
transformación material y de contenidos del periódico. Ya los artículos
políticos no ocupan todo la publicación, sino que la actualidad, los
reportajes, las entrevistas, junto a pasatiempos, trabajos literarios,
anuncios... ocupan lugares destacados en los periódicos. Y con los
cambios el trabajo del periodista, en tanto que transmisor, cobra mayor
importancia cada vez. En el conjunto de la sociedad, la prensa fue
adquiriendo poco a poco más peso, y nadie niega la valiosa función que
el profesional de la prensa alcanzó en la sociedad decimonónica y del
siglo XX, una sociedad feliz, orgullosa de una libertad conquistada en
una lucha que, en algunos momentos, pareció utópica.
En la actualidad parece que, derrotadas las utopías por el poder
absoluto del capitalismo global, la opinión pública libre, de la que
son transmisores los periodistas, no es necesaria, incluso, molesta y,
para controlarla, poco a poco están acallando a los mensajeros.
Publicado en Diario de Cádiz, 27 de octubre de 2012
24 despidos en Diario de cádiz, y el presidente de los periodistas sin levantar la voz, para que no le quiten su blog y su columna! Ahora desde la Asociación se haran comunicados contra despidos, despidos que ellos han llevado a cabo hace unos meses en su propia Asociación y que no sale en ningun medio!!
ResponderEliminarEfectivamente, hace meses se conoce lo de la APC, pero muchos callan y unos poquitos lo justifican.
ResponderEliminarSegún me cuentan de medios de Madrid que todos conocemos, están ofreciendo trabajar GRATIS!. A esto antes se le llamaba de otra forma. Pero así están las cosas y así se las estamos contando.
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