Nos avisa Pepe Monforte del cierre de la Taberna La Habana, en Sanlúcar de Barrameda.
La foto la he tomado del blog de Pepe Monforte Cosas de Comé
También conocida como Tienda de La Habana, se localiza en la calle Santo Domingo, frente a la iglesia del mismo nombre. Es un hermoso local con las características esenciales de las grandes tabernas. Se accede por una gran puerta, en la que una especie de celosía resguarda la intimidad de los clientes, sin que suponga ningún tipo de obstáculo para acceder al local, antes al contrario. En La Habana se pueden (se podían) beber "gorriones" -vaso típico de Sanlúcar- de las manzanillas en rama que Argüeso sacadas directamente de las botas, destacando la manzanilla La E (creo que la más consumida) y manzanilla Viruta, considerada la manzanilla a granel más vieja de Argüeso.
Nos cuenta Pepe en su artículo en La Voz que, tras ciento diez años de distribuir manzanilla, la taberna La Habana acaba de cerrar sus puertas. Es una pena. La Habana, como tantos otros locales similares que hay en Sanlúcar y en otras poblaciones de la provincia, de Andalucía y de España, deberían estar protegidos por ley, como monumentos, como lugares de encuentro y de intercambio social, como lugares únicos. Cada vez que ocurre un cierre como éste, recuerdo las palabras del escocés James Boswell:
Nos cuenta Pepe en su artículo en La Voz que, tras ciento diez años de distribuir manzanilla, la taberna La Habana acaba de cerrar sus puertas. Es una pena. La Habana, como tantos otros locales similares que hay en Sanlúcar y en otras poblaciones de la provincia, de Andalucía y de España, deberían estar protegidos por ley, como monumentos, como lugares de encuentro y de intercambio social, como lugares únicos. Cada vez que ocurre un cierre como éste, recuerdo las palabras del escocés James Boswell:
“No hay nada, de lo ideado hasta ahora por los hombres, que produzca tanta felicidad como una taberna”.
Creo que más que lamentar los cierres, aunque me parezca de justicia, deberíamos velar por las que aún siguen abiertas después de muchos años, y que en muchos casos deben de estar sobreviviendo en espera de tiempos mejores. No quiero decir nombres, pero hay muchos al otro lado de la barra que lo están pasando mal y, como vienes a decir -si mantienen su esencia- deberían ser declarados bien de interés cultural. Así que habrá que consumir en esos sitios que nunca nos gustaría que echen el cierre. Que cada uno piense en sus lugares...y acuda a gastar dinero, si puede.
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