Le estaba dando vueltas a escribir sobre Rodríguez zapatero desde la noche del 20-N; dudaba si se entendería lo que pensaba decir, pero la difusión del escrito de Javier Sardá me ha resuelto las dudas.
Creo que dentro de unos años la imagen de Rodríguez Zapatero, al que muchos, entre los que me incluyo, han criticado, mejorará notablemente. Pese a este final de mandato tan malo, con otra perspectiva temporal recordaremos la labor legislativa en favor de las mejoras sociales de los gobiernos de Rodríguez Zapatero.
En su primer gobierno, aparte de la criticada Alianza de Civilizaciones, desarrolló un programa progresista en lo social con leyes para la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos (su primer gobierno fue el primero paritario), la legalización del matrimonio homosexual, normas para la promoción de la autonomía personal y atención a las personas dependientes, para la regularización de la situación de los inmigrantes, la ley de defensa de los no fumadores en espacios públicos, el cheque bebé o la ayuda a los parados de larga duración, entre otras.
En su segundo mandato gubernamental, marcado por una crisis que le llevó a cometer su gran error -no reconocerla y adoptar medidas inmediatas, pese a la puesta en marcha del llamado Plan E-, le condujo a adoptar recortes presupuestarios y la retirada de muchas medidas sociales adoptadas antes, entre ellas las ayudas económicas a parados y familias con hijos recién nacidos. La reducción del salario de los funcionarios y el aumento masivo del paro, le colocaron en la picota.
Sin embargo, como ha escrito Javier Sardá, es probable que también por esto sea recordado positivamente. Rodríguez Zapatero ha tenido que adoptar medidas de gobierno contrarias a sus propias convicciones, a sus ideas, sabiendo además que esto le restaría popularidad y votos a su partido, anteponiendo los intereses generales a los propios y a los de su partido. Podía haber convocado elecciones antes y dejar que otros acometieran las molestas e impopulares medidas restrictivas, pero ha imperado la visión de estado, incluso con generosidad. Y mientras actuaba así, pensando en los intereses generales, ha sufrido ataques, maniobras de desgaste del partido de la oposición, ahora legítimo vencedor en las urnas tras el 20-N, maniobras de desgaste orquestadas por quienes sabían que Rodríguez Zapatero estaba haciendo lo mismo que ellos harían en su lugar, que estaba adelantando medidas que también Mariano Rajoy se vería obligado a adoptar.
Como hace Javier Sardá, todos debemos desear suerte al nuevo Gobierno que presidirá Rajoy, pero también como Sardá, opino que hay que reconocer y agradecer a Rodríguez Zapatero lo positivo que ha tenido su labor como presidente del gobierno español.
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