Cuando comienza una campaña electoral -aunque hay quien, por el uso masivo de propaganda, está siempre de campaña- habría que estar muy pendiente del cumplimiento de las promesas electorales realizadas en campañas anteriores. A poco que miremos con cierto detenimiento algunos programas electorales, comprobaremos los castillos en el aire que se pueden llegar a ofrecer, como se puede ofrecer, o atribuirse a la propia gestión, una obra pública ejecutada por otra administración. Por eso los ciudadanos deberíamos exigir que, ante una promesa electoral, hubiese garantía de cumplimiento. Es decir, cuando nos prometen que se va a construir miles de viviendas, exigir la garantía de la financiación y la fecha de ejecución; o cuando se promete acabar con las viviendas vacías o las infraviviendas, habría que comprobar si en anteriores programas electorales se prometió lo mismo y no se ha cumplido.
La noticia que sigue está extraída de un periódico local hace cuatro años:
"El programa electoral del PP en las elecciones municipales del 2007 se comprometerá para la próxima legislatura, si gana las elecciones en el Ayuntamiento de Cádiz, a establecer un nuevo programa de rehabilitación de vivienda cuyo objetivo es insertar las fincas vacías en el mercado. Según adelantó la candidata del PP y actual alcaldesa, Teófila Martínez, la idea es que el Ayuntamiento asuma el coste total de la rehabilitación de las fincas que se encuentren sin ocupar y cuyos propietarios no puedan costear las obras y a cambio, los dueños de los edificios se lo cederán al Consistorio por un periodo máximo de 10 o 12 años. Durante esa década, el Ayuntamiento podría acomodar allí a familias con escasos recursos económicos".
No estaría mal preguntarle a la candidata del PP por el número de viviendas que ha logrado poner en el mercado entre 2007 y 2011.
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