Recurramos a un ejemplo para intentar que se entienda qué ocurre cuando, por capricho, se tergiversa la historia.
Tras morir en septiembre del año 1900, el ayuntamiento de Cádiz, además de nominar la antigua calle del Correo con su nombre, decidió honrar la memoria de Vicente Rubio y Díaz colocando en la fachada del instituto Columela una placa en la que recordaba que había sido el primer director, del primer instituto provincial de Cádiz, inaugurado en 1863 en lo que habían sido dependencias del convento de San Agustín, en la calle san Francisco.
En enero del 2014, por decisión unilateral de un director y, al parecer, un claustro de profesores, y pese a la oposición manifestada de varias personas y colectivos, que señalaban el error que se estaba cometiendo, como se explicó aquí, el ayuntamiento presidido por Teófila Martínez accedió a cambiar de lugar la placa, colocándola en la fachada del actual instituto Columela, en la calle Barcelona.
La consecuencia es nefasta. El injustificable y caprichoso cambio provoca confusión, equivoca a visitantes y a gaditanos que desconocen la realidad histórica de la placa. He visto a gente señalando la placa, fotografiándola, incluso haciéndose fotos debajo de ella, creyendo que el edificio que alberga la placa es el original del que Rubio y Díaz fue director durante más de treinta años.
Por fortuna, y aunque pueda crear confusión, la ficha del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico mantiene la ubicación original, como se puede comprobar aquí.
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