Preciosa Foto de una bella y entrañable Iglesia de Cádiz. En la época actual debería ser secularizada y conservarla como el respeto y la memoria de un monumento gaditano y en los edificios anexos constituir un Museo de la Guerra Napoleónica, el Sitio de Cádiz y la Constitución de 1812. Cádiz no sólo debe ser asfixiado por apartamentos turísticos y demás elementos que eliminen en gran parte su habitac.Es necesario convertir: En un amplio referente cultural su propia historia.Sus dirigentes políticos y referentes culturales deben ampliar sus puntos de vista y demostrar que están vivos y no son unas momias pensando ( si se puede definir así).
Puede que las momias no piensen, pero al menos tienen un misterio.No es el caso de los momios de Cádiz, cuya radiografía mental es tan nítida que asusta su transparencia.
Mientras Cádiz ve su decaimiento, pese a las triunfales estadísticas de la pujante hostelería y visitantes diversos. Comer en Cádiz, en general es crucificar al pobre de Carlos Spinols y demás recetas de doctores y recetarios diversos. La cuestión es el negocio, nada de sacrificarse en los fogones y materias primas y preparación del servicio. Como diría un cale; cartón del dos.
Preciosa Foto de una bella y entrañable Iglesia de Cádiz.
ResponderEliminarEn la época actual debería ser secularizada y conservarla como el respeto y la memoria de un monumento gaditano y en los edificios anexos constituir un Museo de la Guerra Napoleónica, el Sitio de Cádiz y la Constitución de 1812.
Cádiz no sólo debe ser asfixiado por apartamentos turísticos y demás elementos que eliminen en gran parte su habitac.Es necesario convertir:
En un amplio referente cultural su propia historia.Sus dirigentes políticos y referentes culturales deben ampliar sus puntos de vista y demostrar que están vivos y no son unas momias pensando ( si se puede definir así).
Puede que las momias no piensen, pero al menos tienen un misterio.No es el caso de los momios de Cádiz, cuya radiografía mental es tan nítida que asusta su transparencia.
ResponderEliminarMientras Cádiz ve su decaimiento, pese a las triunfales estadísticas de la pujante hostelería y visitantes diversos.
Comer en Cádiz, en general es crucificar al pobre de Carlos Spinols y demás recetas de doctores y recetarios diversos.
La cuestión es el negocio, nada de sacrificarse en los fogones y materias primas y preparación del servicio.
Como diría un cale; cartón del dos.