Muy cerca del bilbaíno Museo Guggenheim está el restaurante Zuretzat donde, además de comer unos buenos pinchos, se puede contemplar una curiosa colección: la de cascos de arquitectos, aparejadores y otros trabajadores de la obra del museo, comenzando por el de Frank O. Gehry.
Donde estarán los cascos del nuevo hospital de Cádiz, de la Ciudad de la Justicia, de la rehabilitación de Valcarcel, de... No hay bares para colgar tanto casco, creo que por eso no se hacen las obras. Ahora está buscando un salón para bodas para colgar los cascos de los obreros del tranvía, pero como todavia no han terminado, tiempo hay para seguir buscando. Juanma no lo ha colgado tampoco.
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