Como hoy, también el 14 de abril de 1927 era Jueves Santo. Al día siguiente el diario madrileño La Nación -el periódico fundado a instancias de Miguel Primo de Rivera, como órgano de opinión de la Unión Patriótica y de propaganda de la Dictadura impuesta por el jerezano en 1923-, dedicaba sus tres primeras páginas al Viernes Santo, y en la cuarta, en la sección "El cuento de hoy", el escritor y periodista Buenaventura L. Vidal publicaba "El condenado a muerte", donde contaba lo que consideraba el origen de la costumbre de que, en la madrugada del Viernes Santo, cuando la procesión del Nazareno de Santa María iba de recogida, al pasar ante la prisión provincial, se indultaba a un preso condenado a muerte.
Posiblemente Buenaventura Vidal conoció la tradición durante su residencia en Cádiz, donde llegó a publicar varias obras cortas de teatro, como El gaditano, boceto dramático en prosa, o la comedia en un acto Los cantares, impresa en la tipografía de El Correo de Cádiz en 1919.
En "El condenado a muerte", Vidal narra la llegada de la procesión del Nazareno por la calle San Juan de Dios al Campo del Sur, donde "vecinos del barrio de Santa maría y el Matadero" esperaban a "su Nazareno", al que dice llamaban "Er Greñúo", mientras se escuchaban saetas. Finalmente, el paso se detiene frente a la cárcel, donde un preso exclamó "estoy condenado a muerte", entonando una saeta, que no pudo terminar, pues, como alucinado, cayó sin sentido. Días después fue llevado al patíbulo, al que iba confiado diciendo "Lo vi en su cara, no me abandonará..." El mecanismo de ejecución falló, el reo fue repuesto en su celda y minutos después llegó el indulto.
Concluye Buenaventura Vidal: "Desde entonces la leyenda atribuye al Nazareno de Santa María el poder salvar a los reos condenados a muerte cuando entre el 'fallo condenatorio y la fecha de la ejecución media la madrugada del Viernes Santo y el reo le, pide perdón, arrepentido, al pasar la procesión por delante de la Cárcel".
A quien le interese, le dejo el artículo:
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