No hay forma de frenar la sangría poblacional en Cádiz.
Cabe recordar que en 1981 Cádiz alcanzó los 157.766 habitantes. Catorce años después la población, con altibajos, se quedaba en 154.511 individuos. A partir de entonces el descenso ha sido constante, año tras año. Ni los gobiernos municipales presididos por Teófila Martínez durante dos décadas (1995-2015), ni los de José María González Santos, los seis últimos años, han podido parar la sangría, pese a la falsa aritmética demográfica, en el primer caso, y al triunfalismo inicial, en el segundo.
Recuerden ustedes, con el PP había un concejal empeñado en convencernos de que los datos estadísticos no eran ciertos, que el INE mentía para perjudicar a los peperianos; por su parte, en la campaña electoral de Podemos, en 2015, se anunciaba el alegre retorno de gaditanos emigrados por el puente de la Constitución.
Lo cierto es que hemos llegado a fines de 2021 con 114.244 habitantes, lo que, si al menos, sirviera para aliviar la tasa de paro en la ciudad, podría consolarnos. Pero no, el paro sigue siendo en Cádiz prácticamente igual: en 2013 la tasa de paro era de 14,5% (con algo más de 123.000 habitantes); en abril de 2021 la tasa de paro es del 13,6%.
Es decir, entre 2013 y 2021 la ciudad ha perdido unos 9.000 habitantes, pero la tasa de paro apenas ha descendido un punto.
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