Hace 45 años que murió Francisco Franco y con él, tras la aprobación de la Constitución de 1978, debería haber sucumbido la doctrina que impuso en España una férrea dictadura.
Han pasado 45 años, prácticamente dos generaciones, tanto es así que hay jóvenes que no saben quien era Franco. Sin embargo la figura del dictador -que debería estar presente solo en los libros de historia-, desgraciadamente, por mor de unos políticos de bajo nivel, sigue demasiado presente en la vida política y social de España. Ya es hora de enterrarla definitivamente y que al dictador solo se le recuerde y se le explique como un acontecimiento más de la Historia de España.
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