Hoy, 4 de septiembre, se conmemora el 50 aniversario de la victoria electoral de la Unidad Popular, coalición formada por los partidos Comunista, Socialista, Radical, Izquierda Cristiana y el Movimiento de Acción Popular Unitaria, que llevó a la presidencia de Chile a Salvador Allende.
La candidatura de Allende por Unidad Popular obtuvo algo menos del 37% de los votos, por lo que, antes de su investidura, la derecha radical chilena, con el apoyo de Estados Unidos desde el primer momento, intentaron con toda clase de artimañas, impedir que Allende fuera presidente, lo que logró gracias al apoyo en el Congreso de la Democracia Cristiana.
El programa de Unidad Popular, que Salvador Allende aplicó desde el primer momento, implicaba una auténtica revolución social y económica: expropiación de latifundios, compra de bancos, empresas industriales, las mineras de carbón y salitre, y, con el respaldo casi unánime del Congreso, la nacionalización del cobre, el principal producto de exportación de Chile, hasta entonces en manos de dos monopolios estadounidenses. Pese a la indemnización estipulada, que se restó de las deudas fiscales de las empresas norteamericanas con el estado chileno, la respuesta del gobierno de Nixon fue el boicot a Chile, alentado por la derecha chilena que controlaba la mayor parte de los medios de comunicación.
La campaña de los medios para desestabilizar el gobierno de Allende, unido a una crisis económica provocada por la sorpresiva caída del precio del cobre, condujeron a un clima político complejo, con dudas en algún sector de la izquierda, mientras la derecha, con apoyo norteamericano, endurecía su oposición con manifestaciones violentas, atentados terroristas, etc., una campaña que Salvador Allende denunció en su discurso en las Naciones Unidas, en diciembre de 1972, en el que reafirmó el derecho de Chile, y de todos los pueblos, a explotar sus recursos.
El triunfo parlamentario de Unidad Popular en las elecciones de 1973, con casi el 45% de los votos, radicalizó aun más la oposición de la derecha, que, con apoyo de Estados Unidos, planeó el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, que terminó con la democracia y la revolución social en Chile, imponiendo una durísima dictadura fascista que se prolongó hasta 1990.
Pese a todo, todavía hoy, la figura de Salvador Allende, que demostró que otra política en favor del pueblo es posible, sigue siendo un referente para la izquierda.
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