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lunes, 13 de agosto de 2018

Bakunin y la desidia municipal

Sólo eso, la desidia, la negligencia y el desinterés municipal por el patrimonio urbano, puede explicar que el busto de Juan Pablo Duarte, el vejeriego de origen -su padre nació en la población gaditana- y fundador de la República Dominicana, haya estado sin placa desde el 22 de julio de 2017, como denunciamos aquí un día después, con una foto en la que se veía la placa a los pies del busto.

No sirvió de nada y apenas una semana después, la placa había desaparecido, quedando el busto de Duarte sin que se repusiera la placa, hasta ayer.

Me avisó Hans de que el busto de Duarte tenía una placa, enviándome una foto; no obstante, fui a comprobarlo personalmente, y efectivamente, le habían colocado una placa.
Lo que ocurre es que alguien, con sentido del humor, le ha cambiado el nombre a Juan Pablo Duarte y ayer quienes paseaban por la Alameda pudieron pensar que en Cádiz se había erigido u monumento a Bakunin.
En este caso el sentido del humor sirve también para denunciar la desidia municipal, y de la ciudadanía en general, ante el patrimonio.

Pero cabe preguntarse se a los dominicanos les hará gracia ver la manipulación del busto, que el gobierno de la República Dominicana regaló a la ciudad, en homenaje al fundador de su nación.

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