No es mala noticia que los ataques al patrimonio sean noticia, valga la redundancia.
Dos medios, Diario de Cádiz y Portal de Cádiz, se han hecho eco de la colocación, sobre la original, de una placa falsa en la estatua del fraile Diego José de Cádiz, coincidiendo ambos en valorar tal acción como acto vandálico.
Antes de continuar, debo recordar que el mencionado fraile no es santo de mi devoción, pero que no aplaudo, ni comparto la alteración de la placa; todo lo contrario, me parece una acción reprobable.
Sin embargo, lo que me sorprende es que, prácticamente, solo en este caso, ambos medios se hayan apresurado a denunciar el vandalismo contra una estatua de la Alameda, cuando en otros casos ocurridos hace tiempo o recientemente, no se han preocupado de denunciarlo. Por ejemplo, no he leído nada sobre que el busto de Miguel Grau lleva diez meses con la placa desaparecida.
O que, recientemente, quitaron la placa de la estatua de Juan Pablo Duarte, que dejaron en el suelo, y ayer ya no estaba.
Pero es que, además, hay un claro ejemplo de manipulación de una placa en un monumento, que no fue noticia en ningún medio gaditano.
El busto de José Martí que se puede ver en la Alameda, fue un regalo del "pueblo de Cuba a la ciudad de Cádiz", en el año 1991, cuando se conmemoraba el 120 aniversario de la llegada a Cádiz, como deportado político, de José Martí. Diez años después, en 2001, con motivo de un congreso sobre "Creación y exilio. Con Cuba en la distancia", se sustituyó la placa original, por otra con un texto interesado, que tergiversaba la intencionalidad original de la erección del busto a Martí. No recuerdo que ningún medio denunciara ese acto de vandalismo, ni la manipulación política de la estatua.
Es cierto que, tras varias denuncias particulares, entre las que estaba la mía, y la intervención diplomática de Cuba, se reparó en parte el vandálico acto, por lo que el busto de José Martí tiene ahora, dos placas, pero fue, y sigue siendo, una reparación a medias.
Las fotos de los bustos de Grau, Duarte y Martí, son de ayer tarde.
La de la placa falsa del padre Cádiz, la he tomado de Portal de Cádiz.
Este comentario, firmado por Diego Cardoso, iba adscrito a la entrada "Cualquier universitario menos el beato", pero por su contenido creo que se hizo en relación a ésta, por eso aparece en las dos entradas, ambas dedicadas al fraile.
ResponderEliminarDiego Cardoso dijo...
Lo verdaderamente serio son las apreciaciones ( del Sr. Ramos.) en las que alude a la indiferencia de la administración local, en la conservación de los bustos ( y del patrimonio gaditano en general)de próceres políticos o literarios que evidencian la importancia de Cádiz como referencia cultural.Hasta caer en el hastío actual.Desde la pérdida de la alcaldía por Carlos Díaz y de las corporaciones socialistas serias.Lo de la placa del reverendo Beato ultramontano ubicado en los límites de la Alameda de Apodaca, que nos recomendaba latigazos a la hora del desayuno, no constituye un acto vandálico como denunciaba demagógicamente la prensa local; no es más que un acto Esproncediano de que nada es verdad o es mentira sino según el cristal con que se mira.Y sin daños a su integridad monumental.Menos lamentos y más rigurosidad a la hora de opinar Tirios y Troyanos.