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viernes, 16 de junio de 2017
Orejeras
De un tiempo a esta parte, cada vez veo más orejeras en gente que conozco, incluso que aprecio. Lo percibo en general, pero es apabullante en los comentarios en las redes sociales. Las opiniones responden a consignas, y las consignas las convierten en verdades incontestables. No se puede debatir, hay una verdad única, el dogma impera. La aritmética solo sirve en un sentido, nunca en otro. Lo que opinen los demás no solo no se admite, es que no se escucha. El disidente es un paria, al que hay que marginar, de momento, que quizás, más pronto que tarde, habrá que callarlo, por las buenas o por las malas.
Las orejeras funcionan, con ellas solo se ve una parte de la realidad, la que a sus líderes, a sus dioses, les interesa, su verdad parcial la convierten en verdad única, y cuando solo hay una verdad suprema e incontestable, cuando tratan de inocularnos el pensamiento único, nos están encaminando a una sociedad totalitaria.
Empieza a darme miedo, preocupado llevo ya unos meses.
Me consuela saber que no soy el único preocupado.
ResponderEliminarNo entiendo como gente razonable, ha pasado a la cerrazón dogmática, a ver solo la paja en ojos ajenos, pero no la viga en los de los suyos.
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