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martes, 9 de mayo de 2017

¡Fue un buen día!


Mejor que bueno, ¡un gran día!

Hacía tiempo la esperaban, la esperábamos, pero ella se hizo desear y, cuando por fin llegó, en poco tiempo se convirtió, junto con nuestra madre, en el centro de la familia, casi en imprescindible. Y, a pesar de que todas las circunstancias que la rodeaban podían propiciar un carácter acomodaticio, a pesar de ser la número siete, o quizás por eso, pronto dio muestras de inteligencia y de saber valerse por sí misma.

Amante de los libros, del conocimiento, con una pizca de utopía, hoy es una gran mujer, y una gran profesora, luchadora, reivindicativa, con capacidad de transmitir, y querida, muy querida por todos los que la rodean, la rodeamos, desde quien ocupó el lugar de nuestra madre, aunque siempre estuvo ahí, hasta el último de sus sobrinos, pasando, por supuesto por sus seis hermanos, Jesús y Carmen, su hija.

Sin dudas, querida Carmen, aquel 9 de mayo en que te conocí, fue un gran día.
  

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