Un equipo de historiadores y arqueólogos, adscritos a la cofradía de la Santa Cena, con el patrocinio del Consejo de Hermandades de Cádiz y del devotísimo ministerio del Interior del Gobierno de España, ha logrado un gran descubrimiento tapatológico que, sin dudas, cambiará la historia de la humanidad o, al menos, la de la alimentación.
Tras largas investigaciones y duros trabajos de paleotapatología han descubierto que en la denominada "última cena", en el postre se consumieron plátanos y piña.
La importancia del descubrimiento se entiende si recordamos que, hasta ahora, se pensaba que el plátano, originario del Sudeste de Asia, se conoció en el entorno del Mediterráneo hacia el 650 dC; y, lo que es más importante, que la piña, originaria de Sudamérica, se había propagado fuera del continente americano a partir del siglo XVI.
En las imágenes, la evidencia del importante descubrimiento semanasantero gaditano, que demuestra el error de las teorías antes expuestas.
Las fotos, algunas movidas por la emoción que embargó al fotógrafo por el hallazgo tapatológico, son de Jesús M.
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