Desde el primer momento el llamado mirador de Santa Bárbara, el mamotreto de Santa Bárbara o paseo de Teo, me pareció
innecesario colocarlo en un paseo que transcurre junto al mar y, cuando se supo el coste y se conoció el resultado, un
despilfarro disparatado,
símbolo del teofilato.
En la actualidad, tiene la apariencia de un artilugio abandonado, deteriorado, roto, cuya parte superior, el paseo, apenas si tiene uso, mientras que la inferior, al menos, sirve de refugio a personas sin techo en los fríos y lluviosos días de otoño e invierno.
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