Tengo claro que de esto no tienen culpa los organizadores de la ostionada, pero son lo que podríamos llamar efectos colaterales.
Anoche me sorprendió -y sorprendí- a un conocido del mundo del carnaval volcando en la calle Buenos Aires lo que se ve en la foto.
Lo más lamentable es que, a escasos 70 metros, los servicios de limpieza se afanaban en recoger los restos de la fiesta en la plaza de San Antonio..., le hubiera sido muy fácil llevarles a ellos la basura, pero no, prefirió tirarla en plena calle. Limpios los canastos en los que había transportado los ostiones, "para buscarse la vida", se fue tan tranquilo hacia su casa, que no está lejos.
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