En la recepción oficial del congreso organizado por la Universidad de Gante, nos ofrecieron, al parecer como homenaje del cocinero de la universidad belga a Cádiz, una tortilla de camarones deconstruida.
En un vaso tipo chupito-extra, "esferificaciones de harina", camarones y perejil; encima, por razones de estética de la presentación, medio huevo de codorniz. El resultado, muy bueno, un plato -vaso en verdad- muy conseguido, aunque le faltaba sal de La Caleta para ser una tortilla de camarones auténtica.
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