La foto es de Semana Santa de Cádiz
Soy partidario convencido de la conveniencia de cambiar la carrera oficial de la Semana Santa gaditana, asunto que trata hoy con detalle Pablo Durio en Diario de Cádiz.
Creo que la opción de que el desfile obligatorio se sitúe entre la plaza de San Juan de Dios y Catedral, o como mucho, hasta la plaza del Palillero, es la idónea, puesto que daría variedad a los itinerarios y permitiría a las cofradías regresar a los templos antes, sin tener que alargar artificialmente los recorridos hasta San José o San Antonio.
Por eso apoyo fervientemente el cambio de la carrera oficial y, sobre todo, que los desfiles procesionales no pasen, de manera obligatoria, por la calle Ancha.
Y otro aspecto a mejorar es el preocupante vaciamiento de la madrugada del jueves y el viernes, que debieran ser el momento culminante de la semana. Me resulta incomprensible esa aversión de las cofradías a la noche y la tendencia a adelantar las recogidas. En teoría, el significado de la fiesta procede del contraste entre la luz y las tinieblas, el día y la noche, la Vida y la Muerte, como un pasaje que culmina con la Resurrección. La madrugada no es capricho de ociosos o juerguistas, como he oído a algún "capillita".
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