Cuando llegué a Sevilla para estudiar Historia, hace cienes y cienes de años, un compañero me llevó a Casa Morales a tomar un vino. Desde entonces he vuelto de vez en cuando, y siempre me gusta.
Decorada al estilo de principios del siglo XX, Bodega Casa Morales se remonta, dicen, a 1850, abierta como lugar de distribución de vinos de Valdepeñas criados por el fundador de la bodega, Leocadio Morales, aunque pocos años después comenzó a servir vasos de vino en el propio local, que estaba dividido en la zona de almacenaje -donde destacan todavía las grandes tinajas-, y la zona de despacho, convertida en una estupenda taberna.
En la actualidad, conserva la misma distribución, aunque las dos zonas se han convertido en una amplia y doble taberna, donde se sirven todo tipo de vinos, desde mosto de Villanueva, hasta mistela, pasando por manazanilla, vino de naranja, fino o moscatel, sin que falten tintos y blancos, ni cerveza, que se pueden acompañar de buenas tapas a base de embutidos, salazones, montaditos -recomendable el de pringá- y algunos platillos calientes, como la cola de toro o las albóndigas de choco y gambas.
Para mí, la mejor. Creo que su pavía es realmente perfecta.
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