Otra vez -y van tropecientas veces- el nuevo ayuntamiento ataca una tradición ¡inmemorial! gaditana. Otra vez el gobierno municipal, surgido de un pacto diabólico, ataca las esencias del gaditanismo. Otra vez el alcalde de Cádiz ataca las más firmes raíces del ser gaditano.
¡El ayuntamiento no colabora con el Centro de Atención al Cargador!
Es evidente que es una forma de cargarse la Semana Santa. No sabían cómo hacerlo, pero, finalmente, han encontrado la fórmula: que los cargadores se lesionen y no puedan con los pasos. ¡Qué malignos son!
De toda la vida de Dios, es decir, desde hace cinco años, los cargadores, que llevan sobre sus hombros las imágenes por devoción, han necesitado cuidados especiales, masajes y atenciones, pues una cosa es la creencia religiosa y otra el sacrificio. Pero este año, un ayuntamiento laico, sin fe, no colabora, no ofrece ayuda al doliente. ¡Qué maldad! ¡Cómo están demostrando que lo que quieren es terminar con Cádiz y con sus tradiciones!
Eres injusto, ARS. Como está clarísimo, se trataba de un malentendido, de una manipulación de la vieja canallesca. Habrá los masajes y tocamientos que sean necesarios. Y dos huevos duros.
ResponderEliminarOtra vez rectificando.
ResponderEliminarDicen que rectificar es de sabios, pero también lo es aprender de los errores, incluso de los ajenos, y no repetirlos, pero parece que en algunas cosas nunca llegará el cambio.
Otro triunfo de la reacción gaditana.