David Navarro, concejal de Hacienda, está pensando privatizar el servicio de las pantallas Led. Yo, simplemente, las desmontaría y las vendería para intentar recuperar la inversión.
Las pantallas grandes, donde están colocadas -y más en manos privadas, que pondrían anuncios más llamativos- podrían distraer a los conductores y convertirse en un peligro para el tráfico. Las pequeñas, como las colocadas en las plazas del Palillero y de San Francisco, por poner dos ejemplos, son un atentado a la estética.
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