Da la impresión de que los cargos
públicos y los responsables locales del Partido Socialista y del Partido
Popular han olvidado que están ahí, unos en el gobierno de la comunidad
andaluza, otros en el de la ciudad, para procurar el bienestar de los
ciudadanos, y no para aumentar su congoja con inútiles disputas. No le falta
razón a Gervasio Hernández Palomeque cuando, desde su solitaria minoría,
recuerda a los partidos que ejercen el poder en Andalucía y en la capital
gaditana, que su tarea no es la disputa, que la tarea de los políticos, de esos
políticos a los que los ciudadanos han otorgado su confianza, es buscar
soluciones a los muchos problemas que existen en nuestra ciudad, y no el acoso
y derribo del contrario, que de eso ya se encargan los propios ciudadanos con
su voto.
Por si alguno de nuestros representantes lo ha olvidado,
la Constitución de 1978 dice en su artículo 47 dice: “Todos los españoles
tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes
públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del
suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
Cuando se cae un techo, cuando un socavón se lleva una casa por la
desidia del constructor de la finca vecina, cuando las obsoletas –y peligrosas-
instalaciones eléctricas provocan un accidente, lo que la ciudadanía espera son
soluciones inmediatas y garantías de que eso no volverá a ocurrir. Y si para
eso los políticos deben guardarse sus simpatías y antipatías, y negociar entre
las respectivas administraciones llegando a acuerdos que beneficien a los ciudadanos;
con eso no hacen sino cumplir con su obligación. Por eso, los que en nuestro
nombre administran los bienes de la comunidad no deben olvidar que son sólo
eso, administradores con “contrato temporal”, un contrato que se revisa para su
hipotética renovación cada cuatro años.
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