Que España es un estado aconfesional quedó establecido en la Constitución de 1978, que en el artículo 16, punto 3, dice: "Ninguna confesión tendrá
carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias
religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".
Pero el actual gobierno de España incumple el precepto constitucional. Lo hizo cuando conmemoró el décimo aniversario de la masacre del 11 de marzo de 2004 organizando una ceremonia católica, sin tener en cuenta que había víctimas, y por tanto familiares, de otras confesiones, a las que se obligó a asistir a una función religiosa ajena a sus creencias.
Y lo ha vuelto a hacer Rajoy en el funeral en memoria de Adolfo Suárez. Mariano Rajoy, a nivel personal, puede ir a cuantas ceremonias católicas quiera, incluso puede darse cilicio, pero el Presidente del Gobierno de España no puede, no debe, hacer la reverencia que Rajoy hizo ante Rouco.
Con la iglesia hemos dado, Sancho, digo Alberto.
ResponderEliminarY ya puestos, ¿Por qué no premias, en estos concursitos de torres, fachadas y demás argumentos arquitectónicos gaditanos, con una "confesión" con el amigo Rouco?.
No te imaginas la de personal que participaría.