Al final, Urdangarín será un mártir de la patria, un héroe.
Llevo días pensándolo, pero tras ver y escuchar el reportaje de Informe Semanal, donde hay unanimidad en señalar que el malo es el juez Castro y la infanta Cristina una víctima inocente -pobrecita que vivía como una reina, sin darse cuenta-, ya lo tengo claro: Urdangarín pasará a la historia como un salvapatrias, como un héroe que, con su sacrificio personal, ha salvado a la monarquía, o lo que es lo mismo, a la patria.
Y, consecuentemente, a la democracia. Que no debemos olvidar que, si vivimos en una democracia, se lo debemos a Juan Carlos I, puesto que S.M., en noviembre de 1975, podía elegir entre dos opciones, mantener la dictadura franquista, o regalarnos una democracia, y, graciosamente, optó por lo segundo, así que es de bien nacidos, ser agradecidos.
Urdangarín puede que sea condenado -y después indultado-, pero la infanta no se enteraba de nada, como se demostrará en breve. Y si no, lo hacemos dogma de fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario está pendiente de moderación